El 12 de Junio de 1974 el general Juan Domingo Perón habló por última desde el balcón de la Casa Rosada al pueblo reunido en la Plaza de Mayo y a todos los argentinos que lo escucharon y vieron por la cadena nacional de radio y televisión. Perón cerró su mensaje diciendo: “Compañeros: deseo que Dios derrame sobre ustedes todas las venturas y la felicidad que merecen; yo llevo en mis oídos la más maravillosa música que para mí, es la palabra del pueblo argentino”.
Fragmento discurso de Perón 12 de Junio de 1974 – Extraído de la película “Perón: Sinfonía de un Sentimiento” de Leonardo Favio.
Mirado a la distancia se puede afirmar que quienes tuvieron oportunidad de vivir esa jornada no tomaron en ese momento cabal contacto con el hecho histórico que estaba ocurriendo: que Perón en realidad se estaba despidiendo para siempre de todos los argentinos, porque sabía que sus días estaban llegando a su fin, cosa que ocurrió muy poco después, el 1º de Julio.
Ese discurso tiene una historia que hay que conocer para tener una perspectiva histórica completa del comienzo y del final del ciclo histórico de Perón como líder popular.
Fue en realidad su segundo mensaje del día, porque antes, a media mañana, Perón había hablado por radio y televisión, sin previo aviso y en tono enfadado y enérgico había denunciado que había fuerzas organizadas que estaban saboteando el programa de reconstrucción nacional que estaba llevando adelante y que, si él era un estorbo para la Argentina se iba para que asumieran los que se creían más capaces. La respuesta del pueblo a ese mensaje fue que, en poco menos de 2 horas la Plaza de Mayo se llenó totalmente para respaldar a Perón, sin una convocatoria previa organizada, tal como había ocurrido el 17 de Octubre de 1945; y la devolución de Perón al comenzar ese segundo discurso del 12 de junio desde el balcón fue: “Retempla mi espíritu ver nuevamente al pueblo reunido en esta histórica Plaza de Mayo”.
A 36 años de aquel momento podemos anotar al menos cuatro conclusiones:
La primera, que el ciclo de Perón comenzó en 1945 y finalizó en 1974 con la mayoría popular auto-convocándose para defenderlo y de esta manera defender su propio interés nacional y social; frente a las minorías que por el contrario pretendían imponer su propio interés conservador liberal.
La segunda, que Perón se despidió expresando el deseo y la esperanza de que el proceso de formación política y organización del pueblo argentino que había llevado adelante durante tres décadas como conductor del peronismo y del frente nacional y popular hubiese alcanzado la suficiente densidad y solidez como para que la Argentina como nación pudiera afrontar por sí y finalmente sobrevivir cohesionada, al vacío político y la crisis profunda del poder nacional que inevitablemente sobrevendría ante su desaparición, crisis que por otra parte ya estaba instalada; y que sería el pueblo argentino mismo –su único heredero- el que en ese devenir histórico finalmente demandaría al peronismo que generase los nuevos liderazgos capaces de rearticular el frente nacional y popular que la Argentina necesita que la gobierne para poder estabilizarse como una nación con autonomía, con industria y con justicia social, es decir, una nación sustancial capaz de cobijar a todos los argentinos; y no la republiqueta dependiente y socialmente injusta que propone el conservadorismo liberal.
La tercera es que el peronismo ha logrado sobrevivir a la ausencia de su creador expresándose hoy como una conciencia política que -con perfiles contradictorios- se encuentra encarnada en amplios sectores del pueblo argentino; ya que, tras haber sobrevivido al terrorismo de estado que la dictadura que usurpó el poder constitucional en 1976 ejerció sobre sus dirigentes y militantes; haber perdido, ganado, perdido y ganado sucesivas elecciones presidenciales desde el regreso a la democracia en 1983 y haber recreado durante ese proceso sus liderazgos para construir sucesivas y contradictorias mutaciones políticas; el peronismo es una realidad política insoslayable de la Argentina: gobierna la nación y la mayoría de las provincias y municipios.